¡Qué grupazo! Tenemos suerte de no tener problemas de espacio porque vienen cargados hasta arriba de instrumentos que se van turnando y cambiando.
Aunque chispeó casi al final del concierto, nuestra nueva pérgola nos protegió y nos permitió alargar un poquito más la noche.
Empezaron al atardecer y siguieron hasta más de las once. El público no les dejó marcharse antes.
Este sábado 27 de agosto, Hijos del Napalm. Ajustaros los pantalones y a rocanrolear! Os esperamos!
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