Hace unas semanas, estuvimos de viaje en La Quintana de la Foncalada (Argüero,
Villaviciosa). Allí Severino y Danielle tienen su casa rural de agroturismo,
taller de cerámica, granja ecológica, museo del Asturcón… Un lugar
multifacético, creativo e inspirador, difícil de describir en unas líneas. Muy
recomendable, por cierto!
El caso es que allí nos dieron muy buenos consejos sobre cómo
criar mejor a nuestros burros, en cuanto a su alimentación, necesidades físicas,
comunicación con ellos, etc. Uno de los cambios que hemos implementado a raíz
de sus consejos es sacar a Virutas y a Rosalinda cada fin de semana para pasar
un rato de paseo agradable juntos, humanos y burros; para que hagan ejercicio
(y de paso nos obliguen a hacerlo nosotros); y para que tengan la experiencia
de otros sitios, tipo de terreno, paisajes.
El primer paseo nos encantó. Antes de salir nos preocupaba
el hecho de que los burros se quedaran parados y no quisieran seguir, pero al
contrario! El "problema" era que querían ir demasiado de prisa.
La verdad es que cada paso fue un aprendizaje para ellos y para nosotros.
Virutas poco a poco entendió que tenía que ir al lado de la persona que lo
llevara, y no por delante. Al principio estaban nerviosos al escuchar los
pasos de la gente que iba detrás de ellos; los humanos nos alejamos un poco al
principio, y los burros fueron mucho más tranquilos.
Rosalinda siempre es la más inquieta, pero poco a poco se
iba acostumbrando al ritmo y a ir con más gente. Se iba parando para comer las
hierbas más altas que veía a los lados del camino, aunque intentamos que fuera
con la cabeza arriba y que comiera solo al llegar!
El segundo paseo fue todavía más suave, el tiempo siguió
acompañándonos y al salir, los burros ya sabían a lo que iban (y que al final
les tocaría su chuche, una zanahoria).
En algunos tramos nos costó un poco a todos (burros y
humanos) caminar, porque había mucho barro. Pero en otros tramos había piedras,
lo que es bueno porque les limpia y pule los cascos.
Tenemos intención de seguir con este programa semanal y de
entrenarlos para que, en campamentos, puedan ir de excursión con los niños y
llevarles las mochilas. Ya os contaremos más.
De momento, os dejamos algún link interesante que nos dieron en la Quintana de la Foncalada y otros
que hemos encontrado:
Esta página web de Lucy Rees es clarísima, introduce la
teoría de la doma natural, explica en términos sencillos cómo aprenden los
caballos (muchos de los conceptos se pueden aplicar a los burros también), y
hay un calendario de
cursos 2015.
Slow feeding: se
trata de un sistema para alimentar al burro (o caballo) lentamente, para que
siempre tenga a disposición heno pero que tenga que comerlo poco a poco. Esto previene
problemas digestivos, hace que los burros no coman demasiado y de golpe, y que
no se estresen al saber que siempre tienen a disposición heno. En esta página web se explica bastante bien
pero nosotros vamos a crear un sistema sencillo con una red de vóley.
Caballos
descalzos: movimiento
o filosofía, basada en el estudio del caballo, que promueve su desarrollo de
manera más parecida a cómo se desarrollaría en estado salvaje, y por supuesto
sin herraduras. La página en inglés
tiene muchos materiales interesantes, sobre todo la sección “getting along with
horses”. Existe también una página española, donde se anuncian cursos de
Rafa Caparrós, podólogo equino.